Es un honor para mí realizar mi primera postcrítica de uno de los cineastas que más admiro. Más cuando ha sido una de las buenas, en mi opinión. Si bien su anterior película no me llenó demasiado, y me pareció más un pequeño refrito de sus comedias anteriores, como hecha sin demasiadas ganas, para cumplimentar el cupo; esta nueva película pienso que tiene más interés.
Me parece muy interesante el planteamiento de la película, a modo de experimento o ejercicio, o incluso a modo de juego. Una demostración de que la vida es depende del color con que se miré, que se puede ver tragedia en todo aquello que nos rodea o podemos tomarlo con humor. A la vez una pequeña reflexión sobre el cine, sobre las historias, los argumentos, que aquí se nos muestran como meras excusas para llevar a cabo una película. Poco importa el argumento, cuando de una misma historia puedes extraer un drama o una comedia, lo que importa es cómo lo cuentas, que es lo que viene a hacer el cine, contar las cosas de una manera especial.
Además de ser interesante es un acierto en el sentido de que tenemos dos películas al precio de una, un drama y una comedia, de manera alternada. Bien mirado esto es un logro que necesitaba Woody Allen, quien lleva el humor en sus venas, pero que ha hecho dramas muy interesantes. Quizá esto aporta una dualidad a sus películas que las hacen ser tan atrayentes, lo que en cierto modo se pierde en esta película por estar tan polarizada. Está muy bien enfocada la cuestión de ofrecer las mismas situaciones, o situaciones equivalentes, de dos maneras tan opuestas, algo que podría haber resultado repetitivo.
¿La pega? Que ya no alcance las cotas de humor que conseguía tiempo atrás, siendo sólo un reflejo con momentos fugaces. Que el drama no termine de ser tan triste y que no pueda evitar introducir hay también el humor. Que el principio y fin de la película resulte un poco tosco con esas cuatro personas hablando.
Lo mejor, el juego y el mensaje. Decir que la vida es una tragedia llena de anécdotas graciosas. Que hay que vivir la vida (ya lo decía en su musical con los espíritus del funeral cantando “Enjoy yourself...”). Lo mejor también es lo creíble de las palabras que componen diálogos tan disparatados. Lo mejor es Allen.