La directora Sophie Heldman dirige su
ópera prima después de algún cortometraje y un documental. Se ha
conseguido colar en la sección oficial del festival de cine de San
Sebastián. Esto se puede considerar como un buen augurio, ya que
para estos casos, el festival ya cuenta con una sección paralela de
nuevos directores. A pesar de eso, parece que la organización ha
considerado que el nivel de esta película es suficiente para
incluirla en sección oficial.
Sea como fuere, Heldman ha empezado
contando en su reparto con uno de los actores alemanes más conocidos
del momento, Bruno Ganz, a quien todavía seis años y muchas
películas después le costará quitarse la imagen de su pape de
Hitler en El hundimiento. También participa una joven actriz
que se ha dado a conocer recientemente de la mano de Haneke en La
cinta Blanca, Leonie Benesch.
Nos encontramos ante el clásico drama
familiar. Este tipo de películas suele tener un gusto distinto
dependiendo de la zona del mundo donde se hagan. Siendo alemana,
podemos esperar un drama sin concesiones, sobriedad y dureza, algo
menos crudo que si estuviera rodado en Escandinavia, por ejemplo. Una
oferta medianamente interesante para una sección oficial que está
ofreciendo una mirada especial para los más mayores.