...y la película se lleva su uno bien merecidillo.
Lo primero que sorprende de ésta película es que no se trata de una película urbana de acción con mucha moto y mucha katana. Se trata de un soporífero drama en ambiente rural sobre la sicología de una asesina-ninja ... aunque, gracias a dios, sin pedantería. No. No os imaginéis una novedosa manera de afrontar las películas sobre asesinas, no es ninguna genial vuelta de tuerca... es la misma mierda pero con menos argumento... si es que se puede tal cosa.
Lo segundo, tiene mucho "orangopoid". Y me explico. En uno de los capítulos de la serie de 1936 de Flash Gordon, Flash se enfrenta a un temible enemigo: el orangopoid: una bestia que tiene pintas de orangutan, pero que tiene un cuerno de unicornio (lo juro), la cuál, según cuenta la leyenda, es imposible de matar. Pues bien, Flash descubre su punto débil y confiado se lanza al foso a luchar contra la bestia. El espectador (osea yo) se encuentra en suspense, pensando cuál será el truqui para matar al Orangopoid. Finalmente, Flash saca su espada y se la clava en el corazón.
Osea que primero se crea toda una leyenda entorno al Orangopoid, luego se pone al intrepido Flash frente a la horrible bestia y una vez que tienes que resolver la escena de alguna espectacular manera, dada la entidad del contrincante... va y le pega una puñalada. Pues bien, éste es el "efecto Orangopoid".
Flash Gordon era una serie de ficción enormemente inmadura y que inició un género. Se le puede permitir tener ese tipo de fallos. Es más, tiene muchísimos más fallos y resulta interesante verlos para comprobar cómo ha ido evolucionando el cine.
Sin embargo, esos malos invulnerables durante toda la película, y que al final, como hay prisa, se matan en tres minutos y de una cuchillada, se han dado, se dan, y por lo que se ve en Elektra se seguirán dando, en muchas películas.
El caso de Elektra es sensacional. A la prota le siguen una banda de malos milenarios, que no consigue cargarse hasta que quedan 10 minutos de metraje, momento en el cuál le rompe el cuello a uno, y acuchilla a dos... dejando el tiempo sufuciente para una buena escena final cargada de sonrisas y atardeceres...
Por cierto, ni siquiera se atreven a imitar Kill Bill, pero hay esa manida escena de presentación de malos, me refiero a esa en la que se abre una puerta y en cámara lenta van entrando los malos con música dinámica. Si, eso que en Kill Bill es una de las escenas mejor rodadas de toda la peli, y que aquí es otra escena gris más...
En fin. A ver si la próxima vez que voy al cine, consigo ver algo mejor que las tetas de Jennifer Garner... que la verdad no me mola mucho. Mucho mejor Uma Thurman.