El único film italiano en competición del Festival de Cannes por ahora, visto que se están produciendo incorporaciones de última hora, es la última película de Daniele Luchetti, un realizador bastante acostumbrado a los festivales internacionales de cine.
Con su anterior trabajo, Mi hermano es hijo único, se llevó cinco David de Donatello en su país Italia y estuvo en los festivales de Cannes, Toronto y Tokio entre otros. Pero así como en esa ocasión era una cinta en clave de comedia, ahora nos encontramos ante un amargo drama, con todas sus letras. Una historia triste y dura, que seguro que logra conmovernos.
Un estilo diferente al cine italiano al que podemos estar acostumbrados, con el inevitable reflejo de una parte de la sociedad, que tocará la fibra sensible.