Vuelve Guy Ritchy, y vuelve con ganas. Mientras una película suya de 2005 se va a estrenar en nuestras carteleras, Revólver, esta otra, más esperada, ha hecho su aparición hace un tiempo. Entre tanto, los ecos de su trabajo más llamativo, su particular Sherlock Holmes, no para de armar ruido en Internet, y por si fuera poco, otro trabajo queda anunciado por ahí.
El director, como muchos lectores sabrán, dio la campanada con sus películas Lock & Stock y Snatch: cerdos y diamantes, quizá esta última con mayor repercusión mediática, con aquel Brad Pitt tan extraño. Diversión, ritmo y originalidad pusieron la guinda al final del siglo XX a ese género tan trillado de ladronzuelos, asesinos y demás gente de mal vivir.
Quizá el mayor problema es que lo que entonces pudo ser guinda, ya con un punto de demasiado visto, ahora puede resultar excesivo. Recientemente me llegaba esa sensación con una película similar: El caso Slevin. Claro que detrás no había un hombre con el supuesto talento de Guy Ritchy. Y digo "supuesto" porque aún tampoco ha tenido tantas oportunidades de demostrarlo.
El título puede ser un buen resumen de lo que se nos ofrece: un tema clásico con un toque estilizado moderno, en definitiva, el sello del director. Tenemos en el rol protagonista a un actor emergente, Gerard Butler (El fantasma de la ópera, 300), veremos si va ganando el puntito de carisma que le falta. Junto a él, un actor perfecto para este tipo de cine, y una garantía de calidad para cualquier película: Tom Wilkinson.
Si consigue no resultar reiterativa seguramente divertirá.