Los lectores habituales de Precríticas ya pudieron leer acerca de la existencia de este film hace ya medio año aquí.
Desde entonces, y, sobre todo, desde su estreno, lo que el mundo del cine ha comprobado es el reconocimiento del trabajo de las actrices que protagonizan esta muestra de cine feminista de calidad.
Estamos hablando de la bella Charlize Teron que anda empeñada últimamente en querer afearse, como ya demostrara en "Monster", tomándose también como respiro la belleza del cuero en "Aeonflux".
En el otro lado del ring, Frances McDormand, la mujer de Joel Coen, y la ganadora de un Óscar, también, por "Fargo". Las curiosidades no terminan en las vitrinas, sino que también la hemos podido ver compartiendo escena con Charlize en "Aeonflux".
Ahora bien, resulta que lo que empezaba siendo un combate, un diálogo entre dos, se amplía hasta convertirse en triángulo, porque la que dirige este cotarro es Niki Caro. Puede que su nombre no suene mucho, pero ella dirigió "Whale rider", una muy bella cinta neozelandesa, con la que se descubrió a la jovencísima Keisha Castle-Hugues, que el año pasado se llevó una merecida nominación a los Óscars.
Con estos mimbres, mi interés por ver algo más que una película reivindicativa y punto se acrecientan porque compruebo que el cine social es un término que debe trabajar en igualdad, o siempre en preeminencia del cine sobre lo social. Desgraciadamente, aquí estamos acostumbrados a que sea al revés y el cine sólos e utilice como medio de un mensaje.
Junto a las dos damas mencionadas, tenemos presencias de lo más interesantes: Woody Harrelson (el camarero joven de "Cheers" o Larry Flint) y el siempre inquietante Sean Bean (Boromir en "El señor de los anillos" , Ulises en "Troya" o el comandante de "Plan de vuelo"). Y para cerrar un casting de gran altura y mérito: Sissy Spacek ("The ring 2" o "Nine lives"), ganadora de un Óscar de la Academia por "Quiero ser libre".
En definitiva, un reparto de muchos quilates para una película que tendrá la senda de la sensibilidad como vía a seguir, y que no creo que nunca vaya a caer en la sensiblería.
Una buena cinta para disfrutar de un mundo que no es todo lo justo que quisiésemos que fuese.