Algún detalle nimio (o espero que así lo sea) ya me han colado, respecto a la trama argumental de Código fuente. Cachis la mar. Duncan Jones se sigue amparando en la ciencia-ficción, tras su exitoso debut con Moon, ¡pero pero pero!, que nadie se lleve a engaño: Completo cambio de registro.
Aquí hay más pasta; aquí ya asoma el morro Tío Dólar, aunque lo haga sin molestar demasiado; aquí ya habrá exigencia de taquilla; aquí ya toca agarrarse con mano firme a las claves del thriller. Ciencia-ficción, sí, pero con buenos y malos y un reto-misterio que desvelar, con alguien o alguienes a quien salvar... Esto no es Moon, no.
Por eso no puedo tener la misma fe en Código fuente que en Moon. Espero que Duncan Jones siga demostrando gran parte de su buen ojo y de su buena mano, buen talante narrativo. Pero tras su confirmación se ha abierto al mercado lo justo para perder, quizá, un poquito de voz personal. Y es esa voz, suele ser esa personalidad de quien narra, lo que puede dar un valor añadido a un género tan difícil pero tan manoseado como la ciencia-ficción.
Protagoniza, por cierto, Jake Gyllenhaal, uno de los chicos para todo de Hollywood, y a su lado una chica algo sosa, Michelle Monaghan. Me gusta más encontrar a Vera Farmiga y Jeffrey Wright (el Félix Leiter de la era Bond-Craig) como apoyos de lujo.
Os voy a decir algo que no os había dicho: Esto no es Moon.