Estamos ante una película de animación belga en 3D, dirigida por Ben Stassen, un tipo que ha estado experimentando desde hace varios años con esta técnica que tan de moda se ha puesto desde que Avatar llegara a la gran pantalla y que ya llegó a nuestros cines con Vamos a la luna, una cinta que demostró estar destinada para el público más infantil por su simpleza.
Este título, que cuenta la vida de una tortuga, parece ser todo un espectáculo visual, utilizando el fondo marino como su gran recurso para impresionar y atraer al público adulto. Pero en ese fondo, parece destinado para los más pequeños, con personajes entrañables pero planos, rememorando unas aventuras con pequeñas variaciones en la narración pero mil veces revisitadas ya. Como anécdota, decir que Melanie Griffith pone su voz a uno de los personajes.
Cine familiar para agotar las últimas sesiones de cine de las que los niños podrán disfrutar antes de reanudar las clases. Amable y moralmente correcta, e inevitablemente algo aburrida.