Dustin Hoffman, uno de los
grandes nombres de la interepretación, se nos pasa a la dirección.
Para ello ha elegido un proyecto curiosete, una obra de teatro de
cierto éxito (incluso con algunas adaptaciones a otros idiomas),
escrita por Ronald Harwood. El mismo Harwood adapta su obra al
cine, pero no es ningún novato en el séptimo arte, ni mucho menos,
tiene una amplia carrera que incluye un oscar por el guión de El
pianista, aunque yo prefiero citar su nominación por la
excelente La escafandra y la mariposa. No empezamos mal.
Como casi todos los actores que se
pasan al otro lado de la cámara, Hoffman ha sabido rodearse de un
buen equipo. En el reparto, Maggie Smith (la profesora
McGonagall) como gran protagonista -algo que pocas veces suele ser. A
su lado, otro ilustre miembro de la casa Gryffindor, Michael
Gambon, otro interesante intérprete con clase que le da a todo.
En el apartado de banda sonora tenemos al excelente Dario
Marianelli (Expiación).
Todo
debería funcionar, en teoría, aunque no termino de estar convencido
de las capacidades de Hoffman. Es más, pienso que no cree en sí
mismo y por eso se ha apoyado en un material que cree que funcionará
por sí mismo, gracias al texto y a los actores. Esto puede hacer que
resulte un poco vacía, sin fuerza. Voy más allá, quizá se quede
en una película para "señoras". En cualquier caso, la veremos
como clausura del festival de San Sebastián. Sólo porque hayan
traído a este enorme premio Donostia, vale la pena.