Crítica de la película Animal Town por Olmo

El asiático Jeon Kyuwhan vuelve a la dirección tras Mozart town, con un paralelismo sintáctico claro con el trabajo que nos presenta ahora, Animal town. El trabajo de Kyuwhan se perfila como esos dramas que conectan en seguida con el público. El estilo narrativo asiático, más lento pero tan tajante y directo, intentando no dejar vacíos e incoherencias, suelen convencer entre los más reacios a este tipo de cine. Esa búsqueda por los contrastes culturales pero sobretodo cinematográficos suelen ser uno de los motivos por los que el público se decanta por estas películas.

Se trata de un coproducción entre Corea del Sur y Estados Unidos. Estas uniones con el coloso americano suelen tener aspectos muy positivos respecto al público menos fiel. Pierden quizás esa intensidad técnica de la que nos tienen acostumbrados pero ganan en ritmo claramente. Además, las historias no suelen responden a los tópicos culturales y se abren al más puro estilo europeo o norteamericano independiente. Este continente también en el cine tiene un carácter que se diferencia sobre los demás. Su personalidad estricta consigo misma demuestra que cuando se trabaja, se hace de verdad, ofreciendo más del cien por cien con el objetivo de hacer cine. Esta película no se va a arrugar ni tendrá pelos en la lengua. Recomendada queda.