Hablar de lo desaprovechadas que están las adaptaciones de videojuegos a la gran pantalla resulta algo cotidiano. En efecto, no hay más que ver auténticos despropósitos como el Silent Hill de Christophe Gans para comprobarlo. Por ello, cuando uno se entera a través de Internet de futuras adaptaciones como la de Hitman, a cargo esta vez del francés Xavier Gens, lo normal es echarse a temblar. En el caso de la serie Resident Evil, las esperanzas están de antemano perdidas. De la popular franquicia Survival Horror de Capcom, los responsables de la adaptación cinematográfica solo supieron sacar un par de películas de acción sin chispa, aunque encarnadas por una bellísima Milla Jovovich. Ahora nos llega la tercera entrega que pone punto y final a esta mediocre trilogía.
Para empezar, llama la atención la desvinculación argumental de esta tercera entrega con respecto a su homónimo interactivo. En efecto, si en las dos primeras partes el conjunto entroncaba de manera más o menos coherente con la trama de Racoon City, en esta ocasión, el guionista Paul W.S. Anderson ha decidido saltarse todos los precedentes a la torera para situar la acción en un futuro post-apocalíptico y devastado. Nunca antes el nombre de Umbrella levantó tantas suspicacias. De hecho, quizás sería más acertado contemplar esta película como un capitulo aislado del resto. Su director, Russell Mulcahy, tiene en su haber tremendos disparates, a pesar de haber facturado en su día la recordada Los inmortales. Salva el papel el responsable de los efectos especiales, Eugenio Caballero, que dejó patente su buen hacer en la maravillosa El laberinto del Fauno. Los actores, encabezados de nuevo por Jovovich, gente como Oded Fher, Mike Epps o Ali Larter, no van a aportarnos absolutamente nada.
Por si todo esto fuera poco, la previsibilidad de la propuesta es alarmante. Uno puede imaginarse las escenas de combate a cámara lenta y la dejadez del guión a la hora de desarrollar a los personajes sin ningún problema. Todo esto denota cierta falta de imaginación y nos lleva a formularnos una pregunta evidente. ¿Era necesaria esta película? Los responsables -que se han engrosado los bolsillos con una abundante taquilla en la cartelera americana- responderán que sin duda, pero nosotros no lo tenemos tan seguro. Quizás el único punto a favor de esta producción sea la novedad de su ambientación, en clave de ciencia ficción. Solo eso y el deseo de ver una buena película de acción y zombies (el resto de pretensiones ya las hemos dejado en casa) permiten conservar cierta esperanza respecto de este producto de cartelera realizado para ver y olvidar.