No lo oculto: en estos últimos años me preservo muy mucho del cine español. Niego que se trate de algo premeditado o de una supuesta pose. Lo que me pasa es que no encuentro propuestas que me interesen, más allá de las películas de los Almodóvar, Garci, De La Iglesia, etc.
Pero he aquí que no me puedo resistir al tercer largometraje de Gonzalo López-Gallego. Un director cuyas dos anteriores propuestas no me interesaron lo más mínimo: la multipremiada Nómadas, y Sobre el arcoiris. Es probable que si se confirman mis expectativas, vuelva sobre ellas mi interés.
La nueva película de Gallego es interesante, con un guión que promete grandes dosis de inteligencia y un grado de enrevesamiento, no acostumbrado en la película media española. Me gusta que cuando pienso en esta película o, ya más directamente cuando esté en el patio de butacas, recuerde Perros de paja y Deliverance. Y me apetece , y mucho, que esta película siga la senda de la excelente Bosque de sombras, de Koldo Serra.
Duelo interpretativo entre el siempre interesante Leonardo Sbaraglia (Salvador, Concursante o Diario de una ninfómana) y la sensual María Valverde (Los Borgia o Ladrones).