Últimamente nos estamos acostumbrando a que en el último momento aparezcan películas de estrenos tardíos, como este drama al uso argentino que se rodó en 2003 y se estrenó en 2004.
De hecho ya no se puede hablar de esta película como la última de su director, Mariano Galperin, pues con posterioridad ha firmado el thriller Un burma blanco.
Luis Ziembrowsky y Paula Ituriza dan vida a la enésima pareja de clase acomodada argentina con sus problemas en una sociedad que está de vuelta de todo y que posibilita un cine que premia más lo narrativo y emotivo que lo estético.
El problema de este tipo cine argentino es que en su legítima búsqueda de retratar lo normal a través de un formato anormal se ha construido todo un género que no resiste nada más que la mera fotocopia.
Una película pretendidamente romántica que mucho me temo no funcionará conmigo, un pelín hastiado de la cadenciosa manera de los films argentinos.
Con una frase comercial de la siguiente guisa: «Hay cosas que sólo se hacen por amor. O por locura», me permito la licencia de prescindir de esta película. Estoy cansado de las historias románticas al uso, prefiero mucho más el riesgo y lo novedoso.