El aroma de la taquilla vuelve a inundarnos otra vez con una materia prima conocida: el cómic. Uno mira los mejores resultados de taquilla de los últimos tres años y comprueba que las adaptaciones de cómic están ahí siempre, que en EEUU estrenar una película basada en el cómic asegura con rapidez llegar a los 100 millones de dólares el primer fin de semana.
No soy un lector de cómics, si bien mi compañero Beiger ha empezado a adoctrinarme cediéndome From hell. Así que me remito a lo ya comentado: el mejor cómic de la Historia. La tarea es arduar, y ahí es nada. El encargado, tras el no de Darren Aronofski, el proyecto le cayó a Zack Snyder, un hombre que ya fue muy capaz de adaptar el cómic 300, con unos resultados visuales notables. Al desconocer el cómic original, no voy a entrar en temas de adaptación y me remitiré a que con Snyder al frente, la adaptación será fiel. Eso está asegurado.
Watchmen atesora un reparto de nombres poco ilustres, pero de actores más que solventes como Patrick Wilson y Jackie Earl Haley, los cuales me gustaron mucho en Juegos secretos. Junto a ellos, otros nombres como Carla Gugino (American Gangster).
Una película de las que no aburrirán y de las que piden a gritos una gran caja de palomitas. Topicazos, claro está. Todo gramo de filosofía y reflexión que imagino late en el original y aprecie en el film, hinchará la cuarta estrella. Si lo que me asegura es el espectáculo, me iré con las tres luces encendidas y una tarde de domingo bien invertida.
No soy amante de los cómics, e iré, ¿y tú, qué vas a hacer?