En principio, este es un documental sencillo. Se trata de hablar de un movimiento musical concreto, en este caso, la música en 8 bits. Música generada con consolas u ordenadores de 8 bits (Gameboy, Atari...) que están trucadas para convertirse en instrumentos musicales. Entrevistas, ejemplos, muestras. En este sentido es un trabajo muy fino, con un ritmo que no deja tiempos muertos, bien explicado, bien estructurado. Para los más desconocedores del tema, ofrece una mirada completa, desde los mecanismos, hasta los artistas, el público, las motivaciones, la historia, la geografía. Cumple algo que la mayoría de los nuevos documentales de autor no hacen: es didáctico. Pero lo más importante, sabe ser didáctico, ser fiel a su esencia de documental y ofrecer algo más.
No solo nos muestra una corriente, sino que se envuelve en ella. El grafismo del documental, ya desde la espectacular introducción, nos introduce de lleno en el concepto de la simplicidad del píxel, incluyendo también fragmentos de otras obras, como el vistoso corto Pixels.
Por supuesto, escuchamos mucha música, y vemos actuaciones de artistas tan hilarantes como Meneo. Pero como toda corriente musical que se precie, lleva asociada, aparte de la estética comentada, una filosofía. Mientras algunos de los artistas hacen hincapié solo en la cuestión material (el tipo de ondas y las características especiales de estos sonidos), muchos otros van más allá, con una filosofía cercana al cyberactivismo, con cierta rebelión naif hacia la sociedad de consumo. En el documental vemos muy claros los rasgos comunes de toda esta comunidad que va más allá de la música que hacen.
Pero lo más interesante, a mí entender, es la presencia del cyberpunk. Se cita explícitamente a William Gibson (el padre del concepto). Pero sobre todo vemos el cyberpunk como forma de vida. Personas cacharreando, en mercadillos, en la basura, buscando una tecnología en extinción para customizarla adaptándola a sus necesidades, como si fueran personajes de Neuromante. La tecnología informática como elemento natural desde la infancia. Toda una serie de rasgos característicos de este subgénero de la ciencia ficción que paradójicamente aparecen aquí en un documental. El cyberpunk ya llegó, y es material de documental. Esto que se nos muestra de una forma muy amena y natural es un planteamiento bastante radical. Por otra parte, aunque a este género se le ha asociado ya diferentes tipos de música, es posible que esta chipmusic sea la que mejor lo representa.