Cinco años después, en 2004 hizo uso del arma que tenía a mano, el cine, lanzándose a la dirección con esta película, que llega a nuestras pantallas con un retraso de tres años. No se trata de un documental sino de un thriller en tono dramático, aunque no tendrá menos denuncia por ello. Y desde luego, una denuncia de lo más autorizada, si alguien está en disposición de hacerla es este hombre que se mueve con tremenda soltura en los dos ámbitos y que nos contará de primera mano y con conocimiento de causa, los detalles de los intricados senderos de la aeronáutica.
La película ha recibido unos cuantos premios, tanto en Argentina como en algún otro festival como el de Biarritz o el de la Havana.
Claro que es de esperar que el importante contenido del film se haya podido imponer a los valores cinematográficos a la hora de ser premiado. Y es que al fin y al cabo, la intención es tan buena que es muy fácil premiarla en algún aspecto. Ahora bien, esta es la primera película de Piñeyro como director, no nos esperemos a Peter Greengrass.
Junto con él, en el guión tenemos a Emiliano Torres, guionista de Todas las azafatas van al cielo, película que tuvo cierta resonancia. Parece que esto de los aviones le va.
Entre los intérpretes encontramos a Mercedes Morán, a quien hemos podido ver en Diarios de motocicleta, y a Alejandro Awada (El aura).
No espero nada especial, pero en cualquier caso un documento interesante. No es poco en estas fechas veraniegas.