Frank Darabont es, además de uno de los productores-guionistas-hombre para todo de Hollywood, todo un especialista en Stephen King. Con textos de King ha conseguido algunos de sus títulos más aplaudidos como director (La milla verde pero, sobre todo, Cadena perpetua) y a él vuelve para este film de terror puro.
No hay que pedirle más que eso, cine de género, a una película que sin embargo puede llegar con aire de título salvador. Y es que el género está en horas bajas. Si otros géneros están jodidos, éste está muerto. Por eso, a la espera de que se confirmen los rumores de que Paul Thomas Anderson (Pozos de ambición) se plantea rodar un film de terror, la llegada de Darabont es toda una esperanza.
Para ello cuenta con actores de segunda fila. Thomas Jane fue The Punisher y a Marcia Gay Harden la recordaremos, así a botepronto, en películas como Muerte entre las flores. Cumplirán con los gestos de tensión, susto y lo que haga falta que Darabont les haya ido solicitando.
Repito, no le pidamos más de lo que puede dar. Pero exigámosle ser eficaz en lo que sí pretende. Porque seguramente será capaz.