Igual el lujo de los años 30, cuando se construyó el edificio que da título al film, ya no es tal en un Egipto no venido a menos, sino transformado desde hace tantas décadas. La nueva sociedad africana es mostrada en una película sencilla de ideas pero compleja de argumentos basada en una novela de Alaa´ Al-Aswany. Su director bastante desconocido, entra ahora de lleno con su pequeña fotografía en los ojos de los espectadores más esperanzados.
Según dicen las malas lenguas de gran calidad técnica según las necesidades de un film de personajes y contrastes sociales, con un guión bien diseñado para mostrar los cambios y rendimientos de una sociedad para nosotros desconocida en muchos aspectos, y con las ganas de aportar mucho tanto en su tierra como en el resto del mundo, sobre todo en Europa, parece una opción más que válida y tremendamente necesaria.
No triunfadora en el Festival de Valladolid 2006 ni en el Festival de Roma 2006, ha gustado y causado buenas impresiones en lo que por desgracia se quedará en una cartelera reducida en su periplo, pero al menos con la intención de seguir triunfando con nuevas buenas intenciones por parte de directores de este estilo, moderno y elegantes en su quehacer.
El peso más nostálgico del film recae en la figura de Adel Imam, el veteranísimo actor que una ilustre y enorme lista de producciones a sus espaldas, en habla árabe.