Jean-Pierre Jeunet nos ha hecho soñar con Amelie, Largo domingo de noviazgo, Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos y ahora llega con este film titulado Micmacs, un gran follón, tratando de volver a captar esa esencia de su cine visual, su ritmo indefraudable o simplemente su magia moderosa sobre el ser humano. Yo sin embargo creo que ésta va a servir para hacer dinero, para rellenar arcas para su gran proyecto próximo, Tintín.
Aunque su potencia visual va a ser la de siempre, es posible que el alma y la simpatía de su personaje central desaparezcan en esta película vital, curiosa, original y viva pero sin enganche. Muchos y muchas situaciones, demasiada coral humorística y de retruecano de dirección, que sin estar dirigido correctamente sobre un personaje al que defender desde el fondo de la sala, desde las butacas, se pierde en un esfuerzo casi valdío. Aún así no confundamos, no va a ser un mal film y ni siquiera un film justo, estamos hablando de categoría y la melancolía de pensar enseguida, al repasar las imágenes, que este director puede mucho más que esto.
Así, a la espera de su gran lanzamientos sobre el rubio joven con perro de serie llamado Milú, nos acercaremos a disfrutar de la película con el pensamiento en otras historias, revisitando sus anteriores films con nostalgia clara y duradera.