Esta comedia sencilla con toques “sentimentaloides” viaja entre Ghost y Algo que contar con alegres escenas de chiste fácil. Su presencia en cartelera y el tremendo anuncio de su estreno demuestra la necesidad de venderla a ese público atento a las sugerencias de turno.
Esta chica que ya conoce su lugar en la industria y que sigue pareciendo algo distraída en sus papeles puede que mantenga los papeles de un Ruffalo catapultado a nuevo guapo pero de esos que no tienen demasiado estilo. Ya han reventado demasiado la imagen de los bellos sin superación y hay que tragar con actores de tinte corto que no paran de trabajar porque no se lo creen todavía.