Crítica de la película Mother of Tears por Keichi

Que me perdonen los seguidores de Argento que lean esta precrítica, pero el Giallo es un género tan muerto como el del terror japonés. Me explico: Sus películas tenían su puntito entendidas en un contexto muy concreto. Hace treinta años ver como destripaban a una jovenzuela en cueros resultaba trasgresor. Desgraciadamente, hoy estamos todos pasados de rosca y no resulta tan sencillo provocar al espectador. Conscientes de ello, los mejores exponentes del cine de terror italiano hicieron suya esa máxima de renovarse o morir. Todos menos Darío Argento, que sigue empeñado en hacernos creer que su cine da mucho miedo.

Con esta película el director cierra una trilogía que empezó hace más de tres décadas con Suspiria e Inferno. Al creador de films como Rojo oscuro o El pájaro de las plumas de cristal se le debe cierto respecto, pero no se puede vivir eternamente del pasado. No hay que ser muy listo para darse cuenta de que el bueno de Darío se lo pasa pipa detrás de las cámaras. Por eso ha reclutado a su antigua pareja y musa -Daria Nicolodi- y a su hija, una magistral y hermosísima Asia Argento. También hay un cameo de un secundario habitual como es Udo Kier. No faltarán los desnudos gratuitos ni las vísceras. La Terza Madre promete retomar mecanismos propios de un cine que ya no se hace. Para los seguidores de Argento y la caspa, tiene su interés. El resto de espectadores, pongan pies en polvorosa. Avisados quedan.