El gran circo de la Inteligencia, así es como muchas veces se definen muchos episodios de la historia del espionaje durante el siglo XX. Un circo que, alimentado por la incertidumbre de la Guerra Fría, dio para historias que no se diferencian tanto de la que nos cuentan aquí los Coen.
Hemos visto aproximaciones más serias y en forma de thriller a éste gran circo en otras películas. Me viene ahora a la cabeza El sastre de Panamá. Aquí la aproximación es totalmente diferente. No hay misterio ni thriller, sólo una panda de cretinos interactuando hasta provocar el mayor de los despropósitos. Por el camino, diálogos inteligentes y humor fino, bastante alejado de otras propuestas como Tropic Thunder.
Quizá el mayor problema a la hora de puntuar ésta película sea compararla con otras. Y es que los Coen afrontan éste proyecto con el piloto automático y eso se nota. Aprovechan unos cuantos de los personajes raros de su universo particular para construir una comedia eficaz. Eso si, demuestran que con el piloto automático lo hacen mejor que la mayoría, pero no por eso uno deja de quedarse con ganas de más.
Como un festival es un sitio donde se suele echar de menos el entretenimiento, y aunque Quemar después de leer no sea una obra maestra, no puedo dejar de darle la máxima puntuación.
Quedamos a la espera de su siguiente proyecto.