Crítica de la película Siete Almas por Hypnos

La película empieza y acaba en Will Smith, el hombre al que se le puede apodar como el de los 100 millones de dólares, y ello porque esa es la cifra mágica de la que no baja la taquilla doméstica (la estadounidense) con cada uno de sus estrenos.

Uno puede pensar que eso es fácil de lograr con productos como Hancock o como Yo soy leyenda; pero el caso es que también lo logró con un film con pretensiones menos taquilleras como En busca de la felicidad. Allí estaba dirigido por Gabriele Muccino, el director italiano de L'ultimo baccio.

A James Lassiter y cía les habrá parecido que no había riesgo alguno en volver a repetir la fórmula: una historia más dada al poder de las actuaciones en busca de una posible nominación, cine de autor, más sensible y con 0 efectos especiales.

Una historia al servicio del lucimiento de Will Smith, un actor que ya ha demostrado que tiene dotes de actuación, aunque su fuerte sigue estando en lo rápido que corre. Junto a Smith, Woody Harrelson, al que últimamente vemos sobrevivir entre films como No es país para viejos o Transsiberian; y Rosario Dawson, una prometedora actriz que me encandiló en La última noche, pero que no ha conseguido el éxito con películas como Alexander, La conspiración del pánico o Grindhouse.

Una película de esperanza para empezar el año, pero que mucho me temo no va a ser capaz de sobrevivir en la coralidad de su propuesta. Smith no es hombre de compañías. Para los que gusten de los box offices, la película no está funcionando al nivel de En busca de la felicidad.