Crítica de la película Belle toujours por Iñaki Ortiz

El veterano director portugués, Manoel de Oliveira, a sus casi cien años de edad, quiere pagar su personal tributo al mítico director Luis Buñuel y al guionista Jean-Claude Carrière o más concretamente a la famosa película de ambos “Belle de Jours (Bella de día)” Para ello continuará con la trama, muchos años después, conservando al actor protagonista, Michel Picolí.

Sobra decir, atendiendo a su edad, que Oliveira lleva mucho cine a sus espaldas, es casi tan viejo con el séptimo arte. En una de sus anteriores películas, “Un film hablado” contó con la participación de John Malkovich y Catherine Deneuve. Curiosamente Deneuve no repite en el rol de Séverine de “Belle de Jours”. En su lugar tenemos a la actriz también francesa aunque mucho menos conocida, Bulle Ogier, a quien podemos ver en la película "Maîtresse", de Barbet Schroeder, a quien el festival le dedica un ciclo este año, y que comparte con "Belle de Jours" fantasía y perversión.

Podemos esperar una película algo lenta, sin una trama que atrape demasiado, pero con unos personajes intensos. Un pequeño juego de nostalgia cinéfila que, al fin y al cabo, tiene una duración de poco más de una hora, lo que hace de esta elección un riesgo muy asequible. En todo caso recomendable. Un homenaje de un viejo maestro a otro.

La película, presentada fuera de concurso en el festival de Venecia, será una de las seleccionadas en la sección “Perlas de otros festivales” en el festival de San Sebastián.