La semana con uno de los iconos sexuales más famosos de toda la historia del cine viene presentada con dos nominaciones a los Oscars debajo del brazo. Una a la mejor actriz para Michelle Williams, en su tercera nominación a estos premios tras Blue Valentine y Brokeback Mountain. Ella encarnará a la Monroe y que lo tiene complicado para llevarse el gato al agua y ganarle la partida a Meryl Streep y su Thatcher. La segunda al mejor actor secundario para el ya veterano Kenneth Branagh.
La película está basada en las memorias escritas por Colin Clark sobre una época de la vida de la diva, algo que desde luego la convertirá en un biopic dramático, visto la atormentada vida sentimental de la que siempre parece que sufrió la actriz.
Su director, Simon Curtis y el guionista, Adrian Hodges, son habituales de la televisión inglesa, con un nivel más que aceptable, que podrán darle cierto aire digno y serio de telefilme bien hecho, pero de aspecto más glamoroso que a The Queen. El personaje da juego más que suficiente.
Desde luego no será un título aburrido y del que se adivinan unas interpretaciones de postín. Para nostálgicos, fans y curiosos, porque no.