El señor Nahon, artífice antes de "El beso del dragón", decente aunque exagerada, puede que muestre una seriedad dentro de lo soportable con una historia de policía duro y asesino implacable a la europea, o a la francesa, pero su anterior trabajo no lo marca en un estilo que lleve nacionalidad inscrita.
La novela de Jean Crhistophe Grangé parece poseer lo necesario para mostrarse interesante en la gran pantalla a pesar de jugar en un límite muy marcado en este tipo de suspense tan poco verosímil. Las situaciones cansinas que terminan por hacer decaer en el final de las mismas solo se salvan, si durante existe al menos respeto al público y coherencia de unos personajes que muden y no se muestren como héroe sin cabeza.
El dato que me anima a sobrevalorar este film es el constante intento de realizar acción en cine desde Europa con tacto y algo de realidad tratada pero al final digna. La lluviam al parecer muy presente en toda la película puede ser un ácido añadido para mantener un suspense que acabe por merecer la pena. Lo necesito.