No me sorprende nada. Sylvester Stallone nos vuelve a deleitar con músculos, sangre y tiros. Vamos, lo que a él le gusta hacer. Y parece que se pone de moda alargar las entregas de películas de hace ya quince años. Hace poco le tocó a Rocky Balboa. Y todos sabemos en qué quedó. Me gustaba aquel final de Rocky V y la última la fastidió bastante. Pero fui a verla.
Querer sacar partido de Rambo en esta ocasión me asusta y me cansa. Gustará a todos sus fans que sobrevaloran desmesuradamente a este personaje que se despidió de nosotros hace ya dos décadas. Pero seamos realistas, Rambo pasó a la historia y mejor que nos quedemos con lo que ya vimos hace veinte años. Y con sus dibujos y un largo etcétera.
Eso sí, la acción y la violencia se apoderarán del film. Pero bueno, viendo lo que se nos avecina que sea a lo bestia. Y así se le quitan las ganas de volver a tropezarse con la misma piedra. De todas formas a todos nos picará la curiosidad de verla porque siempre te hace recordar los tiempos de chaval y todo eso. Y es por eso que la gente terminará por ir a verla, porque nos picará la curiosidad como con Rocky. Porque una leyenda nunca muere. Y porque forma parte de nuestros primeros pasos del cine de acción y de personajes invencibles.
De seguir así, ¿para cuándo Regreso al futuro IV?