Con la excusa del divertimento, la película nos ofrece el decorado de las líneas marcadas por la competencia a nivel laboral, en ciertas y exquisitas esferas, y la dureza de las mismas para conseguir llegar a lo más alto. Esto no es nuevo, pero el enfoque, con una Meryl Streep (Memorias de África, Una serie de catastróficas desdichas o The manchurian candidate entre otras) muy diferente representando el papel de Miranda Priestly, directora de la revista más influyente Runway, y una joven Anne Hathaway (Brokeback mountain entre otras) recién incorporada que tiene que cambiar a golpe de efecto para sobrevivir junto a la recta "jefaza".
David Frankel, director de algunos capítulos de Sexo en Nueva York, es el encargado de dar chispa a esta película que seguro se muestra dinámica, algo exagerada, y petulante, pero también porque el contexto lo merece. Como casi siempre, la moraleja caerá sobre todos nosotros con la fuerza de un ya me lo esperaba, pero antes, un rato de entretenimiento será la recompensa a algunos minutos decentes y otros a disposición del guión sacado de rosca.