Es difícil puntuar esta película. Lo es porque es innegable que técnicamente está muy trabajada; lo es porque tiene varias ideas desperdigadas que, desde luego, se revelan más que interesantes; lo es porque sus actores (salvo cierta niña insoportable) consiguen realzar las imágenes de las películas simplemente con su presencia; lo es, también, porque durante la mayor parte del metraje la película se sigue con interés.
Subrayo lo de "la mayor parte del metraje", porque de esa expresión se desprende que, evidentemente, no durante TODO el metraje. Y es que desde que Wayne es Batman y actúa como tal, Nolan no se muestra lo suficientemente imaginativo como para dejar de repetir un esquema facilón y, por su reiteración, al final incluso aburrido: un número variable de malotes está alerta porque ha escuchado ruidos. A Batman no le vemos, pero el primero de los malotes cae y desaparece entre las sombras, acompañado de un gran chhhassss de la banda sonora (insoportablemente ruidosa), lo que acojona a los demás malotes, que tendrán la ventaja de enfrentarse a Batman enseguida todos juntos, en planos muy cortos y muy liosos (para que el espectador no se entere de nada). Pero al final caen todos. Claro.
Bien. Este esquema, como digo, nos lo tragamos como 4 o 5 veces desde que Batman se pone a currar. Vamos, hasta que por fin aparece Liam Neeson de nuevo y a Wayne le toca hacer el murciélago y montar la escenita del tren. Pero uno ya ha perdido el interés llegados a ese punto y sólo ve los malos detalles: El sonido y la música están tan altos que los diálogos a veces ni se entienden, y para colmo, uno de los pocos que sí se entienden, ¡tengo que oírlo hasta 3 veces! Es el viejo de la sala de control, o lo que sea, que por supuesto no sé que coño pinta ahí (es una especie de repetitivo poste de información, que aparece 3 veces en 3 planos cortos para repetir: "¡la presión sigue subiendo, si sigue así, saltaremos por los aires!"). Hata tres veces, las tres casi con las mismas palabras. En fin. Cine (muy) americano. Cine para tontos.
Esto me hace recordar que el personaje de Gary Oldman es otro muñecote que han plantado ahí para ayudar a Batman. Un personaje que en el comic de Frank Miller 'Batman: Año cero' (comic del que esta película ha cogido prestadas la tira de cosas, pero la tira...) estaba mucho más trabajado, desarrollado, perfilado. Aquí es una marioneta.
Igual que El Espantapájaros. ¡Pero por Dios! ¡Si lo han convertido en... un "empleaducho" de otro villano. Pues muy bien... pero el Espantapájaros me parecía diez millones de veces más interesante que Liam Neeson con sus trajes de Armani o Dior o Emidio Tucci (¡de traje en el Tíbet! En fin... ¿y esta peli era el nuevo Batman realista?) o ese calvo tibetano que sale un minuto y palma.
Una lástima, porque el personaje del Espantapájaros prometía (y el actor también, Cillian Murphy, que rostro tan misterioso...) y lo han convertido en un fantoche ridículo que sale dos veces para demostrar como funciona y otro par de veces para darle boleto. Otra más de las muchas marionetas que forman la película, como la nueva Miss Cruise. Aspirante desde ya a uno de los peores fiscales de distrito de la Historia del Cine.
A favor (siguiendo con los personajes): Grandísimo el mayordomo interpretado por Michael Caine. Ese personaje ya nunca podrá ser mejor. Y Morgan Freeman firma un papel no muy extenso pero justo en su medida. Le sienta como un guante.
Por supuesto que la peli tienen alguna que otra cosa interesante. Por eso comentaba que era difícil puntuarla. Pero al final, uno descubre que tiene más ideas interesantes que escenas brillantes. Porque en las viejas Batman de Tim Burton (por hacer una comparación directa), tras verlas, uno recordaba esta o aquella escena tan bien hecha, o tan espectacular, o tan deliciosa, o tan... Aquí, todo es tan convencional. Todo es tan arquetípico.
El comienzo está bien narrado, bien llevado. Pero tiene problemas evidentes. Dos, para ser exactos. Por un lado, eso que decía: Esa historieta del Nepal me la sé de memoria, y la de esos señores que vigilan el mundo desde la Antigüedad para devolver el equilibrio cuando todo llega a su punto más bajo... Por favor, hasta en la tercera Indiana Jones salía un personajillo soltando el mismo rollo. Y sobre todo, SOBRE TODO: Eso no es 'Batman'. De acuerdo que uno puede pretender darle un nuevo enfoque al personaje. Pero Nolan solo consigue sacarnos de la idea, del verdadero 'yo' de Batman. Repito: Eso no es Batman.
Cuando Wayne regresa a Gotham vienen unos minutos más que positivos de la película, de nuevo bien narrados. Pero cuando Wayne descubre cuál es el símbolo que busca, la película cae en la definitiva y repetitiva espiral de sucesivas actuaciones de Batman que antes señalaba. Todo empieza a ser un bucle hasta que, muy oportunamente a ojos del guionista, nos planta de nuevo al señor Neeson para acelerar el desenlace. De sopetón. (Un guionista que evidencia los problemas que ha tenido con los secundarios. Si no, recordad la torpe manera en que introduce al Espantapájaros en escena. Problemas evidentes.)
Dejadme volver de nuevo al comentario que antes apunté: Buenas ideas; mala resolución. Me ha encantado la manera en que Nolan ha pintado la infancia del personaje, y sobre todo su miedo a los murciélagos. Más adelante, cuando Batman es preguntado sobre el por qué del murciélago como símbolo, responde que es porque él les teme. Para que todos compartan su miedo. Muy bonito. La idea es genial. La aplaudo. Pero Nolan, o su guionista, o los dos, son tan estúpidamente aburridos, sosos y pobres en imaginación que nos plantan esa bochornosa escenita en que Wayne ve a un murciélago dando tumbos dentro de la habitación para que el tontorrón del protagonista se dé cuenta... Buenas ideas; lamentable resolución.
Lo mismo ha sucedido con la escena de los murciélagos que acuden al reclamo de Batman. Esa idea figuraba, magistralmente narrada, en el cómic de Miller. Con unas imágenes tan espectaculares como bellas. En la película, la llegada de los murciélagos es torpe, de sopetón, como si Nolan quisiera darnos un susto: los polis que miran asustados y , ¡zas! , aquí están, cientos de murciélagos, en plano corto. En sus dibujos, Miller supo captar la grandeza del personaje, de Batman, de su historia: Los murciélagos llegan en una oscura bandada, en un gran plano general, recortadas siluetas sobre un precioso cielo naranja.
La verdad es que podría seguir comentando cosas (como que el nuevo Batmóvil ha debido ser diseñado por alguien que odia mucho a Christopher Nolan) y algunas se me quedarán en el tintero... pero no quería cerrar esta crítica sin reconocer que, al menos, Nolan supera sin problemas el último estropicio de Joel Schumacher -pero las dos primeras entregas, firmadas por Burton, le quedan a años luz.