Podemos definir muy rápidamente esta
película como una vuelta de tuerca a películas del tipo El
método en clave de terror. Con esto nos podemos hacer una idea
de por donde van los tiros. Mensaje laboral, que ahora que estamos en
plena crisis no viene nada mal, y un guión plagado de trucos para
hacer avanzar una trama presumiblemente de unidad de lugar y
aproximadamente de tiempo. Subiendo esta vez el tono de la violencia
y el suspense pues nos adentramos en el género de terror. Lo cierto
es que ambos ingredientes pueden encajar a la perfección.
El mayor problema es que la dirección
corre a cargo de un novel, el británico Stuart Hazeldine, lo
cual no es garantía de que sepa llevar adelante un producto que es
complicado aunque agradecido. También es verdad que este es el
clásico proyecto para ópera prima.
Lo veremos en la semana de terror de
San Sebastián.