Crítica de la película Soul Kitchen por William Munny

Los méritos de este director están por demostrar del todo. Al otro lado, esa ganadora cinta, lean las críticas de mis compañeros, gustó, pero no al parecer por una capacidad de cine innata, sino por la comodidad con la que se podía ver el film en una Europa en la que a veces hace falta apadrinar a un director de esos que parecen saber de sobra lo que necesita el movimiento festivalera.

Ahora escudándose en la comedia para no entrar en las críticas de un posible bajón de intenciones y guión eligiendo una película de la misma ínsole que su gran éxito, volverá a conquistar a un europeo medio al que le encantan las historias de mezcla de razas, o culturas, o simplemente intenciones de vida en ciudades del viejo continente que necesitan de ese adjetivo para seguir subsistiendo ahora más que nunca. Hamburga, la ciudad que le acoge es la protagonista.

Cine entero, es decir, no por la espectación de este personaje, en lo que se ha convertido, o por lo listo que sea manejando nuevas películas que despisten, va a ser una producción menor, puede que tenga hasta de nuevo la habilidad de crear un argumento medianamente estandar del que colgar algunas extrenticidades lo suficientemente graciosas como para volver a decir que tiene estilo propio. Estos directores que a menudo no terminan de ofrecer mucho pero al menos siempre ofrecen viene bien. Su film seguro que es un aire fresco necesario, débil y punto, pero agradable, por qué no.

Moritz Bleibtreu (RAF Facción del ejército rojo), ese todoterreno que no sale de las fronteras de Europa, o al menos no quiere, es el encargado de volver a cambiar de registro a un personaje seguro a su medida, siempre le entran bien los trajes.

PD: Lo veremos pronto en la curiosa y compartida película, New York, I love you.