Le pasa mucho a Kathryn Bigelow en sus películas, que consigue un comienzo potentísimo para después
dejar paso a una película por debajo de ese nivel. Ocurría en Días
extraños, con esa secuencia inicial frenética sin cortes,
asombrosa, memorable, para un desarrollo posterior que si bien es
aceptable, no volvía a rozar esos niveles. Le pasaba también en su
anterior película, la oscarizada En tierra hostil, con una
primera media hora que suponía toda una innovación formal en un punto
híbrido imposible entre el documental bélico y la ciencia ficción;
después, simplemente era correcta.
Aquí tenemos una primera media hora de
una fuerza extraordinaria. El ejército estadounidense tortura, y
Bigelow nos lo cuenta como le gusta a ella, sin pancarta, sin
posición moral palpable. Un esto es lo que hay en nuestra
cara. Sin recrearse en el morbo violento, sin ocultar nada, sin
buenos, pero con malos. Cada espectador que se forme su propia
opinión sobre lo que pasa en el mundo, pero lo que no va a
permitirnos es mirar hacia otro lado.
Eso durante la primera media hora, como
digo. Después, pasamos a la clásica estructura de investigación
que nos lleva del punto A al punto B, y del punto B... ¿adivináis a
dónde? Entre tanto hay varias vías que podría explorar. La
obsesión de la protagonista, su relación con el resto de
personajes, la incertidumbre de la investigación, el suspense. Creo
que Bigelow es muy consciente de que tiene todo ese material al
alcance de su mano y que podría desarrollarlo, pero no creo que lo
haya conseguido. Falta un verdadero trabajo en el dibujo de los
personajes y/o no se ha sabido conseguir una investigación con
suficiente personalidad.
Por otro lado, algunos momentos son
vergonzantes, encabezados por la estúpida actitud de la compañera
esperando al contacto, en un remarcado propio de una parodia de los
Zucker. El ataque a la salida del garaje es otro buen ejemplo. Da la
sensación de que a veces se confía plenamente en las capacidades
del espectador y en otras se le da de comer a la boca. Por suerte, la
última hora, una vez se centra la película en el acecho y captura
de Bin Laden, toma un camino más sólido. Decepciona un poco, eso
sí, la secuencia del asalto, donde uno espera ver más del talento
de Bigelow para la acción.
Luces y sombras.