Que Terry Gilliam esté detrás del proyecto resulta totalmente alentador, pero mucho me temo que la acción exagerada y el extremo de una fantástica historia que encima tiene a una bruja un tanto taquillera (Mónica Belucci), y a un par de personajes como Damon y Ledger, evocan una intención de recaudo continuo de dinerito pasando por alto ese toque enérgico y especial que el director suele poner en sus creaciones.
Que las últimas semanas hayan sido un tanto bajas en cuanto a lo referente a títulos interesantes ha realzado un film discreto que no nos va a pegar a la butaca, un cuento de niños que ya son demasiado grandes.