No niego que esta película es una apuesta arriesgada y me refiero desde el punto de vista del espectador. Una producción entre Inglaterra, Francia y Alemania, escrita y dirigida por la novelista y realizadora china Xialu Guo, quien se define como "una punk de pueblo que pone en tela de juicio la sociedad de manera poética" a quien le gusta utilizar actores no profesionales e improvisar en el rodaje. La poesía y al improvisación me recuerdan a Wong Kar Wai y ya solo ese intento de desmarcarse del resto, de invitar al público a ver las cosas desde otro punto de vista, aunque este no sea de su agrado, ya merece un pequeño voto de confianza.
La trama versa sobre la vida de una joven china y las vivencias que le tocará sufrir tras sus elecciones, que le llevarán lejos de su pueblo natal. Guo pretende que no haya fronteras entre oriente y occidente, en contraposición de las prioridades y las decisiones de las personas, que es lo que la mayoría de las veces pone una verdadera barrera entre ellas.
Con este título, Guo consiguió el Leopardo de Oro en el Festival de Locarno y estuvo presente en el Festival de Sevilla. Con su novela breve Diccionario chino-ingles para enamorados estuvo nominada al premio Orange y al IMPAC. Así que una de las nuevas voces de la cultura asiática llega a nuestras pantallas para mostrar tras veladas insinuaciones una firme declaración de intenciones. Veremos.