Aunque la primera hora de película está más o menos lograda, el cápítulo infantil, después la película se pierde en encontrar referencias del ya mayor asesino sin justificación alguna en algunas ocasiones. Esto es lo que lleva a cometer extravagancias tales que ponen en tela de juicio, y me atrevería a decir en ridículo, a la juventud de un personaje grande katana en mano cual entrenamiento vulgar de película de artes marciales.
La presencia de un malo bastante a la altura y los rostros del joven actor consigen que me mantenga ergido en pantalla pero no por mucho tiempo. Las intentonas en forma de máscara en cara, la sangre en boca y la falta de calidad de las réplicas de un grande que no lo es en su juventud aunque se nos intente engañar mostrándonos planos con libros y estudio.
El amor como paréntesis, no tiene demasiado apego a la historia, no parece fluir con naturalidad, nada menciona ni siquiera por asomo que haga falta penetrar y ahondar en ese beso, en mitad de la dinamita de muertes. En definitiva, bastante forzada, poco caval, débil y sin textura, esa que mostraba el mito y que este film no consige ni a cercar a las pantallas.