Crítica de la película Katmandú, un espejo en el cielo por William Munny

Iciar Bollaín llega, es una directora que consigue transmitir, eso sí,  a un público más o menos dispuesto a querer entender y profundizar, y logra plasmar temáticas en fórmulas de cuadro verosímiles y lejanas al estereotipo. Su fuerza radica entonces en desglosar asuntos dolientes de nuestro mundo diario revitalizando su contorno afeado por el trato de costumbre adquirida en los medios de comunicación a través de nuestros ojos.

En esa Iciar Bollaín confía todo el mundo que la sigue y también aquellos esporádicos de su filmografía. Ya únicamente que el título de la película que presento lleve impreso el nombre propio Katmandú, puede hacernos una ligera idea de en qué derroteros entra en esta ocasión la directora. Más de lo mismo dirán algunos, más de ella misma diría yo.

Sin embargo, es cierto que en muchos momentos puede resultar difícil levantar el vuelo de ciertos temas, darles forma hasta lograr no sólo una película sino una buena película. Aunque a veces se ha mantenido en la línea entre estos dos resultados como en También la lluvia, siempre ha conseguido salir airosa. Puede que en esta ocasión la historia basada en hechos reales del viaje de una mujer a Katmandú no logra llegar al nivel y se quede en lo ramplón.

La mujer será Verónica Echegui, que poco a poco se está haciendo un hueco excepcional entre las actrices camaleónicas del cine patrio. Yo soy la Juani, Verbo, El patio de mi cárcel, La mitad de Óscar o 8cho citas son claros ejemplos de su versatilidad y capacidad de registros. En poco tiempo será una columna vertebral del cine español en su categoría y muchos no se habrán dado ni cuenta.