Si bien puede parecer por el título que será una gran historia de amor de esas que no sucumben ante vientos y mareas, no es el caso. Pero si parece una historia dramática y profunda, que seguro dejará muchas lecturas, para que cada cual las interprete como quiera, sobre la convivencia, la familia y la amistad, dónde el peso de las palabras no mencionadas, pueden ser un lastre del que es difícil desprenderse.
Esta película francesa se llevó en el Festival de Berlín un par de premios y estuvo nominada al Oso de Oro. Es la primera película que dirige Philippe Claudel, que como guionista ya había hecho sus pinitos en alguna producción gala.
Para este primer trabajo, Claudel cuenta con la inestimable presencia de una gran actriz como es Kristin Scott Thomas. Bien pudiéramos decir que fue Cuatro bodas y un funeral fue la cinta que nos la dio a conocer a la gran mayoría en la cual representaba un papel de feota con un amor no correspondido por parte de Hugh Grant. Pero años mas tarde, ha compartido cartel y pasiones en la pantalla con Robert Redford, Ralph Fiennes o Harrison Ford. Sus últimos trabajos son variados y quizá no muy seleccionados, como La brújula dorada, Las hermanas Bolena o Secretos de familia. Pero a mí me es difícil de olvidar su papel en El paciente inglés y puede esta sea una buena oportunidad para volver a demostrar su nivel interpretativo.
Cine francés de buen nivel a primera vista, pero que tendrá que combatir duramente con sus 115 minutos de duración para que no se haga pesada. Un drama dónde espero que primen mas las miradas que los actos y los silencios sobre los diálogos.