No soy ningún experto en cocina, pero supongo que con huevo, leche y miel bien se podrá hacer algún dulce casero de receta ancestral de gran sabor que dejaría perplejo a cualquier hijo de vecino. Algo así debe de tener la trilogía homónima del director turco Semih Kaplanoglu, que con estos tres títulos ha relatado la vida de Yusuf, un poeta cuyas pericias se cuentan cronológicamente a la inversa a lo largo de las tres cintas, a saber, Huevo (2007), Leche (2008) y Miel (2010).
Lo incomprensible, que en nuestro país les haya dado a los distribuidores por estrenar las tres películas en orden cronológico inverso a las intenciones de su creador (aunque solo haya sido con el lapsus de una semana), para tener primero Miel (triunfadora en el Festival de Berlín de 2010), con las andanzas del personaje constante cuando era pequeño en esta trilogía para llevar el orden "coherente" de la vida.
A la vez verán la luz Las dos primeras partes. El caso que nos ocupa es Huevo, presente en el festival de Cannes en 2007. Imágenes evocadoras, sensaciones a flor de piel y una narración poética serán sus rasgos de identidad. Y posiblemente también una falta evidente de ritmo.
Apto para los amantes de la belleza y la contemplación.