Crítica de la película Harry Potter y las reliquias de la muerte - Parte por Obi-Wan

El principio del fin puede resultar un título un tanto apocalíptico, pero creo que representa perfectamente el ánimo de todos los seguidores de esta saga: Impacientes por ver la forma que toma el tan ansiado final, pero tristes porque los finales conllevan un adiós, y hay adioses que nunca quisiéramos decirlos jamás.

 Desde que la Warner decidió partir en dos la adaptación del último libro de la serie escrita por J.K. Rowling, me he debatido en un severo conflicto interior entre el malestar que produce la ruptura de una misma línea que se había llevado hasta ahora de un libro una peli y la esperanza de saber que gracias a esta división habrá muchísimo menos recortes de pasajes interesantes del libro. Recuerdo con pena todas las omisiones de Harry Potter y la orden del fénix. Aunque es una gran película y  una gran adaptación pese a esos inevitables hachazos a la historia,  que espero no se repitan en el mismo grado, ya que realmente en esta ocasión no tendrán la excusa del tiempo.  Así que me planto delante de esta primera parte de la ultima entrega, con una principal intriga que me llena de emoción y curiosidad. ¿En que momento se cortará la trama? ¿Cuál será el momento que se elegirá para dejarnos con la miel en los labios? Una incógnita que puede que en muchas webs especializadas hayan desvelado ya y que no tengo la más mínima intención de descubrir hasta que lo vea desde la butaca del cine.

 Como desde La orden del fénix, tenemos como director a David Yates, quien también acabará la segunda parte de Las reliquias de la muerte. Lo que más valoro de Yates hasta ahora es que en pese a los cortes a los que está obligado a entrelazar, nunca pierde el hilo ni el ritmo de la historia y que en El misterio del príncipe, logró dotar a muchos de los personajes de una verdadera personalidad que no había que extrapolar del libro, si no que se dejaba sentir en el visionado de la película. Lo peor de él, que los momentos de mayor clímax de ambas no lograron emocionarme. Steven Kloves sigue al pie del guión, por lo que tampoco puede haber sorpresas en este apartado. Kloves fue una de las pocas personas del mundo,  que supo antes de tiempo partes de la trama de los libros de la Rowling antes de que esta siquiera los escribiera. Y tras estar tras el panfleto en todas las pelis menos en la quinta, es un gran conocedor del universo Harry Potter. Espero solo corte y modifique los tramos que adaptaciones de los anteriores libros obliguen a ello.

 Poco más puedo decir, más que si la sensación que nos quedó a muchos con la anterior cinta es que se había perdido un poco de oscuridad en la saga, que nadie se preocupe, las hormonas no tienen cabida ya. Entramos en la recta final y hay que acelerar a fondo. La calidad no va a bajar, los personajes se van a perfilar y la acción y la magia no tienen freno ya.