Vuelve el rey del merchandising de Pixar. Tras cinco años desde la primera parte, Rayo McQueen retorna al asfalto. Bien es cierto que Cars ha sido el título más infantil de todas las películas de Pixar. Pero los pequeños también se merecen disfrutar de buen cine destinado para ellos, como no me canso se decir. Los adultos podemos habernos acomodado a ese nivel de calidad cinematográfica que encontramos en Wall E, Up o Toy Story 3 y esa capacidad para emocionar de la que es capaz la compañía, que tan mal acostumbrados nos tiene. En esta ocasión jugamos en otra liga, pero siempre sin perder la ocasión para contar nuevas historias que merezcan la pena y que hagan pasar un rato muy entretenido.
John Lasseter, cabeza pensante de Pixar, quien dirige esta cinta, trata esta franquicia como a su hijo predilecto. Estos coches genialmente diseñados y tuneados según sus características, logran expresar sentimientos que muchos actores de carne y hueso quisieran para sí. Habrá que ver que nuevas sorpresas nos deparan estos bólidos.
Un placer para los más pequeños, un curioso pasatiempo para los adultos y otra oportunidad de ver que Pixar sigue marcando las diferencias, aunque sea cine más infantil, pero no por ello insulso.