Crítica de la película Enemy por Iñaki Ortiz

El terror de la rutina


5/5
21/09/2013

Crítica de Enemy
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película Enemy es terror psicológico en su más pura expresión. Lo que aterra aquí no es un psicópata, fantasmas o un monstruo (no, esto último tampoco); sino algo mucho más cotidiano y más cercano al drama: la rutina y la desgana. Esa depresión que no proviene de una tragedia concreta sino de una crónica falta de interés por la vida. El protagonista vive por inercia, sin ilusiones, sin objetivos. Con un pasado roto que intuimos en un breve plano de una fotografía desgarrada; con una pareja puramente funcional. Dentro de todo ese tedio insoportable, decide obsesionarse con una idea que podemos resumir en una frase muy explícita: buscarse a sí mismo.

A todos los niveles, claro. Escapar de su trabajo para abrazar una vieja fantasía, tener un hijo, vivir mejor, asomarse a los rincones más oscuros y excitantes del sexo. Toda la película es una búsqueda del verdadero yo y, al mismo tiempo, una huida de sí mismo.

Denis Villeneuve decide transmitirlo de una manera muy plástica, muy visual, rozando lo experimental, y para ello no duda en ser excesivo en todos los aspectos. Una banda sonora desquiciada, inquietante, sobrecargada, que recuerda a películas como El resplandor. El director juega constantemente con el contraste entre lo que sucede y la forma. Así la música golpea con una insistencia inquietante en momentos en los que parece no ocurrir nada -una sobreutilización que me recuerda también al Shutter Island de Scorsese. De la misma manera, la planificación se convierte en parte clave de la historia. A veces es más importante el ángulo que una línea de diálogo. Se sirve de la arquitectura, de los edificios, para transmitir conceptos como rutina, vulnerabilidad, o emociones obtusas retorcidas. Planos aéreos inesperados, que con un breve movimiento parecen poner en duda la solidez de inmensos bloques de cemento. La ciudad como una prisión de tedio. También se permite jugar con el surrealismo, para expresar los horrores interiores del protagonista.

Una atmósfera densísima, a veces por sus claustrofóbicos primeros planos, en otras ocasiones por la terquedad del tono amarillento de la fotografía. Inicialmente separa un poco a los dos personajes idénticos, asociando esta fotografía al primero, aunque después, en los momentos obsesivos del otro, la usa de nuevo, provocando una sensación de ambigüedad, ya que, casi parece cambiar el escenario -tan diferenciado para ambos. También contrasta con los tempos. Puede emplear un metraje larguísimo en algo que otros directores resolverían de un plumazo, y después resumir en un solo plano una gran cantidad de información. Villeneuve se mueve por terrenos de angustioso agobio, en la linea de Polanski o el Eyes Wide Shut de Kubrick.

En cuanto al trabajo del guionista, Javier Gullón, creo que ha realizado una adaptación modélica. Ha preservado el mensaje cambiando completamente los modos, adaptándolo a un lenguaje audiovisual, escapando de cualquier recurso fácil más relacionado con el mundo literario, incluso donde el espectador se lo hubiese permitido.

Una película osada, fácilmente rechazable por su propuesta extrema, que trastoca los géneros y las convenciones.



Google+

comments powered by Disqus
Enemy en festivales: Festival de San Sebastián 2013




Más críticas de Enemy

No hay precrítica.
Desarrollado por Dinamo Webs
Creative Commons
Publicado bajo licencia
de Creative Commons