Crítica de la película Rec por Keichi

Ya es un hecho. La producción española de cine de género no ha dejado de aumentar en calidad en los últimos años, sobre todo gracias a gente como la que se ocupa de esta película. Aunque a muchos les suene extraño, este es un film que podríamos denominar como de autor, o mejor dicho, de autores. A Jaume Balagueró no hace falta nombrarlo como uno de los mejores exponentes del nuevo cine de terror español. Lo atestiguan películas como Darkness o Los sin nombre, aunque también tenga en su haber algún que otro fiasco. Paco Plaza ya trabajó con Balagueró en el documental sobre el programa de televisión Operación Triunfo. Como realizador, lo hemos visto en la irregular Romasanta pero también en Cuento de Navidad, quizás el mejor de los metrajes que integran el proyecto Historias para no dormir. Estrechamente ligado a este ultimo está el co-guionista, Luiso Berdejo, cuya labor como director hemos podido contemplar en cortos tan estupendos como La Guerra o For(r)est in the des(s)ert. Contamos pues con un grupo de profesionales extremadamente reputados.

La película recurre a dos técnicos de una vigencia extraordinaria en el cine actual, tanto que ya resultan habituales. Una es la del falso documental, un estilo que encontramos en todo tipo de producciones pero que en cine de terror alcanza un nuevo significado. Otra, en cierto sentido estrechamente ligada al ya citado género documental, es la de la cámara al hombro. En las manos apropiadas, consigue trasladar al espectador al pleno centro de la acción, haciéndole olvidar que se encuentra en una sala de cine. Ambos elementos se juntan para dar a luz a un nuevo monstruo de la industria del cine de terror hecho en España, un niño terrible y oscuro que se toma en serio a si mismo y no trata de restar dramatismo a una serie de eventos que en otras manos se convertirían en parodia. A todo este despliegue técnico acompaña un buen elenco de actores, entre los que destaca la actriz Manuela Velasco, cuya labor interpretativa ha recibido no pocos elogios.

A pesar de la recurrente comparativa con El proyecto de la Bruja de Blair, la película de Balagueró y Plaza intenta ir un poco más allá. No en vano arrasó en el Festival de Sitges y se dispone a conquistar las carteleras de medio mundo, remake americano incluido. Si hay que destacar dos virtudes de Rec, una es su amor por el cine de género, algo que sus responsables ya han demostrado en numerosas ocasiones. La otra es su valor. En pocas ocasiones una película nacional ha tratado de acorralar de semejante manera al espectador, encerrándolo en un espacio del que no puede salir, forzando su mirada a compartir las desventuras de sus protagonistas en un terrible primer plano. Rec es cine de terror en estado puro, del serio, de ese que ya no se hace. Por todo eso, se merece un inmenso reconocimiento. En caso de que la propuesta se lleve a buen puerto, puede ser una auténtica obra maestra del cine patrio.