Esta película es ideal para el evento para el que ha sido creado, hacer taquilla en fechas señaladas, en este caso Navidad, chiflar a los más pequeñajos de la casa, mantener a los padres en el cine más o menos entretenidos y encima mantener una buena línea clásica de dibujo de siempre pero con las modernidades de creación actuales. Un ratón y al parecer valiente es el encargado de ablandarnos el corazón, como casi siempre, los ratoncitos lo consiguen.
Se junta una pareja de tipos dispuestos a utilizarse mutuamente, uno habiendo dirigido alguna que otra cosa por ahí, y otro con experiencia como animador en películas como Balto (1995) o Astérix en Bretaña (1986) por ejemplo.
Mi impresión es sinceramente buena, desde luego que no va a ser una competidora de Wall-E, así que primero pensemos en ir al cine a disfrutar de una historia divertida y dinámica, entrañable y simpática, con un personaje con el que conectar con facilidad y encima estar seguros de llevar a los hijos o sobrinos con total tranquilidad. Lo que más me puede gustar puede que sea ese tono de buena fotografía que parece imitar, con unos tonos más de la época que representa la historia que de la necesidad de destacar de las últimas producciones de animación sin fuerza.