Crítica de la película El tren de las 3:10 por Romulo

El tren llega tarde, pero llega


5/5
08/08/2008

Crítica de El tren de las 3:10
por Romulo



Carátula de la película Tengo muchas esperanzas puestas en esta película. Se trata de una cinta que en EE.UU. ya se estrenó hace mucho tiempo. Tanto es así que en la última edición de los Óscar ya tuvo sus dos nominaciones, en categorías digamos menores (una de ellas para Marco Beltrami, compositor de la banda sonora). No logró ninguna de las dos estatuillas.

Da igual. Llevo tiempo siguiendo a James Mangold, el irregular director de El tren de las 3:10 (3:10 to Yuma, en su original). Es un tipo con cierto carácter, que mueve la cámara con buena idea pero que hasta ahora nunca ha sabido muy bien cómo trazar sus apuestas. Sobre todo, porque se ha tenido generalmente que contentar con hacer trabajos para la gran industria: Cositas como En la cuerda floja, a mayor gloria del biografiado Johnny Cash, o Inocencia interrumpida, a mayor gloria de Winona Ryder y, a la sazón, de la oscarizada Angelina Jolie.

Cuando puede, se descuelga con trabajos que le apetecen más, siempre con una cierta carga de tensión e intriga, como Identity, pequeñez protagonizada por John Cusack. El momento más bajo de su filmografía lo encontramos en una comedieta tonta protagonizada por Meg Ryan; encargos, que se suele llamar: Kate & Leopold.

Pero el título que tomo como referencia para El tren de las 3:10 es el que supuso su segundo trabajo: Copland. Con un presupuesto modesto pero actores interesantes, Mangold pudo trabajar con cierta libertad y convirtió un drama policial en todo un western urbano cargado de una atmósfera viciadísima y tensa. Un trabajazo que, aún hoy, no se valora lo suficiente. Quizá fue ahí donde vimos al mejor y más auténtico James Mangold.

Ahora, tiene que afrontar un verdadero western, de pura cepa. Llega sabiendo cómo funciona el tema, recordando a buen seguro las claves que tan bien le funcionaron en Copland y, sobre todo, puede que en un momento perfecto de su carrera: Herido por la fea trayectoria que viene soportando y con ganas de demostrar lo que puede hacer.

¿Y qué hay de la historia que nos quiere contar? Bien, sencillo, es un remake. Sin embargo, estoy de nuevo convencido de que, de una manera u otra, Mangold y sus guionistas habrán intentado huir del referente del original de Delmer Daves (la dirigió en 1957, con Glenn Ford de prota absoluto; como anécdota comento que uno de los secundarios de aquel film se llamaba... ¡Henry Jones!). Mangold sigue empeñado en construirse, aunque le cueste, una personalidad clara como realizador, y aquí tiene otro buen material para intentarlo.

Ayuda no le falta: Christian Bale es el nombre fuerte del panorama interpretativo actual, en Hollywood. Lo tiene encabezando el cartel junto a otro animal de la actuación como Russell Crowe. Un gustazo. Anda también por ahí una damisela interesante, Gretchen Mol (Rounders, Acordes y desacuerdos) y un viejo clásico: Peter Fonda.

Sé que deposito muchas esperanzas en alguien que todavía tiene mucho que demostrar. Pero me lanzo. Le otorgo mi plena confianza. El tren llega tarde, pero va a llegar haciendo mucho ruido. ¡Pura potencia!




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