Una cosa es no pasar a la historia y otra muy distinta no entretener…
Lo sucedido con Immortals es tener de nuevo esperanzas alucinantes para con el cine comercial que se le da a buenos directores. La sombra de 300, hecha con respeto al espectáculo debería de haber sido suficiente aliciente pero tampoco.
El devenir de las escenas, con mucha palabrería y lentitud, aunque lejos de otros proyectos de posturas y chistes, no me ha convencido ni entretenido, puede que los Dioses sean la leche pero para esperar verlos hay que pasar por el raro, mezclado, oscurizado y acartonado mundo de Mickey Rourke en modo cruel. Una agonía que no me ha cautivado, ni siquiera pescado en suerte de curiosidad, y eso que esta es decente…
Immortals tarda en dar caña, sorprende poco, muestra siempre lo mismo y aunque habla un poco menos, lo hace con el descaro de la explicación manida, es el tuerto en el país de los ciegos pero no me encaja, y otra vez me decepciono.