Fuera de toda demostración de sangre y vísceras, que las hay y muy bien narradas, Hostel se muestra sin prisa, más como película de suspense que de terror, más como una hora primera de divertimento algo sencillo y una segunda de truculento sentir pero de persecución hábil y bastante sustentada.
El guión como tema general es interesante, pero en los detalles concretos, que debieran haber sido algo mejor limados demuestra simplezas de alto orden y demasiadas obviedades incluso para nuestros protagonistas de fiesta universitaria.
Sin embargo, a pesar de su aspecto algo de andar por casa, envía mensajes que no desentonan, véase esa explicación bien disimulada de la chica, del indeciso, o ese volver a por la chica asiática que más tarde, además, nos mirará con rostro de reproche contenido.
Por todo esto, y existiendo una concesión más allá del género y dentro de él, es una película muy decente que apreciar en su justa medida, pero para apreciar.