Mary Harron es la directora de
esa gran película muchas veces infravalorada que es American
Psycho, así como de Yo disparé a Andy Warhol,
aparte de otras actividades artísticas o culturales ajenas al cine.
Después no hubo gran cosa, sobre todo televisión. Ahora reaparece
con otra adaptación de una novela de éxito, aunque de mucho menos
nivel, escrita por Rachel
Klein.
Se
centra en la complicada vida de una adolescente algo aislada y
seguramente con demasiadas represiones, algo que posiblemente pueda
recordarnos a Carrie. Una historia más sobre el abandono de la
inocencia y la necesidad de ser aceptado. Quizá el punto más
interesante es que contendrá elementos de vampirismo aunque de forma
ambigua. Es obvio que si hablamos de adolescentes y vampiros, todos
pensaremos en la saga Crepúsculo,
y no dudo que los productores también lo han hecho, pensando en que
podría venderse bien en este momento, pero sin duda la película
tendrá otro tono y un punto de vista más fresco, haciendo hincapié
en la fragil y dudosa realidad para centrarse en el simbolismo.
La
película se podrá ver en Sitges, en la sección panorama.