La oferta realmente comercial de la semana que nos persigue ya. Gran triunfo de taquilla en un mar de pocas posibilidades y también con la ayuda de la incuestionable fotogenia de un George Clooney (Up in the air o Quemar después de leer) al que ya no podemos creernos en muchos papeles, pero que siempre consigue una serie de apoyos simpatizantes a nivel mundial. Cae bien y listo.
Aunque ya no entendemos este tipo de historias de espías o asesinos a sueldo, la mera invención de una trama más o menos, la aparición de una mujer dispuesta a verse cautivada siempre manteniendo la individualidad de los tiempos que corren, y alguna que otra escena de acción, alcanzan el éxito de la enorme cantidad de público que permite mucho a los queridos guionistas y directores porque sólo se quiere pasar un rato.
Probablemente inverosímil, probablemente justa y torpe en las escenas de poco volumen armamentístico y muy probablemente nada distinta a lo ya conocido, servirá para cubrir tardes de poco talento en salones con poca pelea.
PD: Sigo pensando en el Festival de San Sebastián, pequeñas lagunas de buen cine aunque este año sea flojo.