Crítica de la película La última nota por Iñaki Ortiz

La última nota responde a una estructura muy trabajada, por no decir trillada, en los años 90 en el cine americano, aquella en la que un personaje de apariencia inocente para todos se infiltra en la vida de una feliz familia para romperla desde dentro. La motivación: habitualmente la venganza. Son baratas de hacer, básicamente una localización y pocos actores, y se pueden escribir de carrerilla.

La verdad es que este tipo de propuestas las suelo rechazar de entrada, sin demasiada paciencia. El margen de libertad en el que puede moverse la trama está bastante acotado, los tiempos y las transformaciones de los personajes los conocemos sobradamente. En este sentido, esta película no es diferente al resto. Sabemos que poco a poco la joven responsable y amable irá mostrando su rostro más despiadado, lo irán descubriendo las personas más vulnerables como el niño o recelarán personajes ajenos como la violinista.

Todo al ritmo estipulado, conociendo los tiempos sabemos que en el primer concierto la joven se comportará pues aún no ha llegado el momento. Todo esto para mí es el gran contra de la película, se ha quedado vieja por apuntarse a una moda demasiado acostumbrada de hace diez años. Además, a título personal, nunca me gustó esta fórmula.

Sin embargo, creo que Denis Descourt se esfuerza en presentarnos algunos elementos nuevos, como la profunda obsesión disfrazada de atracción que siente la pianista por su joven pasapáginas. Una atracción bien potenciada por el cuidado con el que trata Descourt la imagen misteriosa y fríamente sexy de una estupenda Déborah François. Esta actriz está mucho más en su punto que en Les fourmis rouges, quizá simplemente porque la película es mejor.

Está muy conseguido el ambiente de deseo reprimido, culpa, rencor, venganza, debilidad… Realizado con la sutileza adecuada, supone el punto diferenciador de este film con otros similares. Que muchas cosas se muestren sin necesidad de explicación es también gratificante. Unos buenos intérpretes terminan de constatar que esta es una película muy aceptable. Además, su escasa duración evita una dilatación innecesaria.

Una puesta de escena discreta pero elegante llevada a un ritmo igual de elegante. Alguna escena que despunta como el ataque al pie. Una película interesante.