Uno de los aspectos que más valoro en una película es su perspectiva, desde dónde y cómo se trabaja para conseguirlo. También es muy importante que desde una óptica irremediablemente subjetiva llegue a ese espectador que finalmente se decide por "mí película" que diría su director. Además es fundamental su intención, melodía, aspecto, disfraz, diseño y atmósfera. Criadas y señoras carga con una maleta llena de brotes femeninos, guerra de "colores", retrato de sociedad norteamericana de los años 50...en definitiva, la lucha de clases desde una óptica romántica y dulce, desde el punto de vista de la mujer, quien mejor.
Y claro, uno puede pensar que se trata de un drama de sobremesa con muchachas sureñas y criadas negras con delantal. Podríamos verla desde ese punto de vista pero la quisiera ver de manera distinta, por ejemplo siendo una cinta de interpretación, individual y colectiva, con especial carga emotiva y emocional, con principio y final, con estilo literario, exagerada pero convincente, con expresión humana.
Segundo trabajo de Tate Taylor y basada en la novela de Kathryn Stockett. (Un consejo, les animo a leerla en uno o dos días que seguro se lee fácil y después se dan el capricho de ver su adaptación al cine. Soy de los que intenta leerse la novela que luego pasa a cine. Considero que es el orden correcto). Y destaca Enma Stone (Zombieland) en el largo reparto de mujeres protagonistas que de eso se trata, de darles voz a cuantas más mejor.
Hecha desde el cariño, la reivindicación, para las que lo vivieron de esa u otra manera, un homenaje y mítin político con calidad. Una cinta hecha para que la vean ellas sin ellos.